Los errores referentes al paciente equivocado pueden ocurrir en prácticamente todos los aspectos del diagnóstico y tratamiento. Actualmente los problemas de identificación, se asocian con frecuencia a las complicaciones producidas en la administración de medicamentos, intervenciones quirúrgicas, pruebas diagnósticas, transfusiones de sangre y hemoderivados, entre otros. La identificación verbal no ofrece demasiadas garantías ya que los pacientes pueden estar sedados, con pérdida de atención, indiferentes, confusos o simplemente incapaces de responder. Los pacientes pueden tener también barreras de lenguaje, idiomáticas, problemas de audición o ser demasiado jóvenes, aspectos todos que pueden aumentar la probabilidad de errores y atentar contra la seguridad en la atención de los pacientes.
IDENTIFICAR AL PACIENTE CON DOS INDICADORES PERMITE ASEGURAR QUE LA ATENCIÓN QUE BRINDAMOS COINCIDA CON EL PACIENTE CORRECTO.