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Con las altas temperaturas que se están presentando este verano, aumentan las probabilidades de padecer deshidratación y otros padecimientos relacionados. Entre las personas más afectadas se encuentran los niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, ya que estas son más propensas a sufrir cuadros como intoxicaciones, diarreas y deshidratación.

Por esto es recomendable tomar ciertas precauciones en cuanto al consumo de alimentos:

  • Alimentarse de manera variada, priorizando el consumo de alimentos frescos o crudos (bien lavados), como verduras y frutas de estación bien lavadas con agua potable, que son ricas en agua, vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Lo ideal es comer 5 porciones diariamente, entre frutas y verduras de todos los tipos.
  • Evitar tomar bebidas alcohólicas o muy dulces, infusiones calientes y alimentos con elevado contenido de grasas, azúcares y sal (gaseosas, jugos con azúcar, snacks, helados, galletitas y productos de panadería, entre otros).
  • A la alimentación saludable se le suma el consumo regular de Agua, es fundamental tomar grandes cantidades de agua para evitar la deshidratación, algunas recomendaciones en cuando al consumo de líquidos son:

  • Tomar más líquido del habitual (8 vasos de agua a diario).
  • Evitar las bebidas azucaradas y el alcohol.
  • No esperes a tener sed para hidratarte.
  • Ofrecerle agua frecuentemente a los niños y a los adultos mayores.
  • Llevar grandes cantidades de agua a las salidas familiares o viajes para mantenerse hidratado.
  • Algunas opciones para mantenerse hidratado en estas vacaciones son los licuados con agua y hielo o los jugos exprimidos con frutas de estación y sin agregado de azúcar.

    Por último, es fundamental el manejo y consumo de los alimentos, hay que controlar y mantener la cadena de frío y evitar la exposición de los productos al calor. De esta manera los alimentos no se deterioran y se previenen intoxicaciones y enfermedades relacionadas con el mal estado de los alimentos.