Las caídas representan el tipo de accidente más frecuente entre las personas mayores.
Las consecuencias de las caídas pueden ser leves (contusiones, abrasiones…) o más graves (fractura, hematomas…). Además producen consecuencias a largo plazo como aumento del grado de dependencia para las actividades de la vida diaria, deambulación , o consecuencias psicológicas como miedo a volver a caer limitando la independencia, la calidad de vida y la recuperación.
La mayoría de las caídas se producen a causa de riesgos que son PREDECIBLES y por tanto susceptibles de PREVENCIÓN .
Las Instituciones deben tomar medidas específicas y entrenar a familias y pacientes para que participen del cuidado activo y prevengan esta situación.
El espacio ordenado de las habitaciones, las barandas altas de la cama, los llamadores funcionando para solicitar ayuda, los pisos sin mobiliario indispensables, son algunas de las medidas de fácil instauración, que conllevan un cuidado más seguro. La entrega de folletos orientativos también logran una mayor adherencia familiar.
Las señalizaciones ópticas en cabeceras o puertas cuando el riesgo es mayor del habitual, también obliga a que todo el personal esté atento a este riesgo.