Se denominan MEDICAMENTOS DE ALTO RIESGO a aquellos que tienen un riesgo elevado de causar daños graves e incluso mortales cuando se produce un error en el curso de su utilización. Esta definición no indica que los errores asociados a estos medicamentos sean más frecuentes, sino que en caso de producirse algún error, las consecuencias son graves.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya en el año 2007 propuso 9 soluciones para la Seguridad del paciente y 3 de estas soluciones son dedicadas a Medicamentos. A saber:
1) Solución 1 – Medicamentos LASA (Look Alike – Sound Alike) MEDICAMENTOS DE ASPECTO O NOMBRE PARECIDOS.
2) Solución 5 – Control de soluciones concentradas de electrolitos: Potasio, Magnesio, Calcio, entre otros.
3) Solución 6 – Asegurar la precisión de la medicación en las transiciones asistenciales, esto es al pasar de un servicio a otro o al alta de una institución.
La OMS lanza en el año 2017 el 3° RETO MUNDIAL DE LA SEGURIDAD DE PACIENTE, cuya finalidad es reducir a la mitad los daños evitables relacionados con la medicación en los próximos 5 años. . Las acciones previstas en la iniciativa se centrarán en cuatro áreas: los pacientes y el público, los profesionales sanitarios, los medicamentos como productos, y los sistemas y prácticas de medicación. El objetivo de la iniciativa es mejorar cada una de las fases del proceso de medicación, incluida la prescripción, la dispensación, la administración, el seguimiento y el uso.
Cuando se aborda en un hospital el desarrollo de un programa de prácticas de reducción de errores de medicación con los medicamentos de alto riesgo es necesario reconocer, en primer lugar, la extraordinaria complejidad que tiene el sistema de utilización de los medicamentos en los hospitales. En este contexto, hay que asumir que ninguna práctica por sí sola va a permitir garantizar la seguridad de la utilización de los medicamentos de alto riesgo, sino que es preciso introducir diversas prácticas en todas y cada una de las etapas que configuran el sistema de utilización de los medicamentos. Por ello se aconseja que se implanten prácticas específicas dirigidas a evitar errores en el envasado, etiquetado, almacenamiento, prescripción, dispensación, preparación y administración de los mismos.
Esta Meta es muy compleja, dado que obliga a observar muchos puntos de la cadena. Sin embargo es fundamental en la seguridad del paciente.