Desde hace varios años se conoce que la prestación de la atención de salud enfrenta el desafío de una amplia gama de problemas de seguridad. El tradicional juramento médico de “Primun non nocere” (Primero, no hacer daño), rara vez, por no decir nunca, es violado de manera intencional por médicos, enfermeros u otro facultativo de salud. Pero los hechos y las estadísticas señalan que en distintas partes del mundo, independientemente de los recursos económicos de cada país, los pacientes sufren daños todos los días en el proceso de atención sanitaria. Claramente la Organización Mundial de la Salud hace hincapié en estos datos.
Reconocer que esto es una realidad es el primer paso. Tomar medidas para que esto no ocurra, es el siguiente. Y paso a paso, trabajar en seguridad en la atención sanitaria es la carrera que debemos realizar.

Todos los pacientes tienen derecho a una atención eficaz y segura en todo momento.
En la edad antigua, cuando un médico se equivocaba, pagaba con parte de su cuerpo. Ejemplo de esto es que se le cortaba la mano al cirujano que se equivocaba. El carácter claramente punitivo, que se mantuvo con el correr de los años, aunque se cambió la modalidad de castigo, obligó a que se escondieran los errores por parte de profesionales de salud.
Cometer un error es lo que nos hace humanos. Eso somos. Al servicio de otros humanos. Y como humanos sabemos que somos perfectibles. Por lo que nos equivocaremos a lo largo de nuestra vida en muchos aspectos y decisiones, personales y profesionales. Ya reconocido esto, no tomar medidas de reaseguro para intentar disminuir al mínimo estos errores es lo que nos hace irresponsables. Y para tomar medidas de reaseguro debemos olvidarnos del carácter punitivo. Para poder corregir un error primero hay que identificarlo. Y para identificarlo debemos manejarnos con la libertad de poder decirlo sin temor a “perder una mano”.

Esta es la premisa fundamental de la SEGURIDAD DE PACIENTE.
Catalogado como un “movimiento”, “especialidad”, “cultura”, o como sea, ya está en los ambientes de asistencia en salud.
Las preguntas que hay que hacerse son: ¿cómo queremos atender a nuestros pacientes? ¿Qué seguridad brindamos en nuestra atención? ¿Querríamos que así nos atendieran si fuéramos nosotros?
En 2005, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente, e identificó seis campos de acción. Uno de estos campos de acción es el desarrollo de “Soluciones para la seguridad del paciente. El producto de este componente de la Alianza Mundial se proporcionó a la comunidad médica de todo el mundo como “Soluciones para la seguridad del paciente”. Hoy son la 6 METAS INTERNACIONALES DE SEGURIDAD y sus nueve soluciones.
El 1 de mayo del 2017, el Institute for healthcare Improvement (IHI) se fusionó con la Fundación Nacional de Seguridad de Paciente (NPSF) en una sola entidad manteniendo el primer nombre. Todos los años la Campaña sobre seguridad culmina en la semana de concientización de la seguridad de paciente. Invitan al mundo a participar a través de su página web. Ambas entidades trabajan desde hace muchos años en seguridad de pacientes. Y este año Clínica San Agustín participa en la Semana de Concientización de seguridad de pacientes. Nuestro Comité de seguridad trabajará cada día las Metas internaciones, explicando para adentro y para afuera como intentamos fuertemente día a día, evitar errores en la atención de nuestros pacientes.

Hoy, renovamos la promesa por nuestros pacientes y nuestros profesionales de la salud.
Invitamos a todos a renovarla o a realizarla por primera vez en el link al final de la nota.

Con la seguridad de nuestros paciente EN MENTE. TODOS SOMOS PACIENTES.

http://www.unitedforpatientsafety.org/

Dra. María Elena Romano