Por lo general los niños no están en condiciones de lavarse solos los dientes hasta que comienzan el ciclo escolar primario, por eso es importante que los padres no sólo controlen cómo lo hacen, sino que los ayuden a ejercitarse hasta que dominen la técnica e incorporen el hábito.
Es primordial alentarlos desde temprano a que lo hagan solos. Se recomienda que ya a partir de los tres años sean ellos mismos los que tomen el cepillo de dientes bajo la mirada atenta de los padres, que velarán por que el pequeño no se pierda delante del espejo en ensoñaciones y realmente cumpla con la tarea.
Para que el momento no resulte desagradable, es bueno comprar un cepillo que tenga forma ovalada y cerdas suaves, porque las encías de los niños son más sensibles que las de los adultos. Además, si el cepillo tiene un mango fácil de tomar, también hará que la tarea resulte más sencilla para todos.